Fue un 30 de diciembre una noche de un crudo invierno cuando en la ciudad de Monterrey nació una niña, esa niña sin duda alguna era yo.
Mi nombre es Karina Morales Rosas, mi padre Carlos Eusebio nació en la misma ciudad mencionada, y a una temprana edad emprendió su vida independiente viniendo a estudiar en Puebla, lugar donde conoció a mi madre Catalina Rosas y que años después la hizo su esposa.
Por mi parte desde muy pequeña crecí a lado de mi hermano Javier a su lado compartimos toda nuestra niñez con una diferencia de dos un año solamente, cuando yo nací, fue la alegría más grande para mi padre en especial, ya que él deseaba que su próxima hija fuera niña, así fue, con el paso de los años fui creciendo y mi padre siempre estuvo orgulloso de mi desempeño no solo académicamente hablando, si no en diferentes aspectos, en toda mi niñez sobresalí desde el ámbito deportivo hasta lo académico.
Cuando entre a la pubertad mi vida dio un giro, aprendí muchas cosas que tal vez en su momento ninguna chica de esa edad pudiera imaginarse, en la etapa de la secundaria no deje de ser una excelente alumna mi desempeño siempre satisfacía a mis padres y no solo a ellos a mí también.
Mi pasión siempre ha sido la gimnasia, desde muy temprana edad (8años) comencé a practicar esta disciplina y se convirtió en parte de mi vida, hoy en día acabo de cumplir 18 años de edad estudio la preparatoria y me considero una persona capaz de poder resolver los retos que la vida me ponga.
Atte. Karii Morales
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